Ian y los scouts se dirigen hacia Vàhlendàrt para informar al emperador y al luresindo Alben lo sucedido en las fosas de los fargh. Sin embargo, un asesino a sueldo burla la seguridad del palacio imperial, lo que alerta a los guardias y también a Aranill. Mientras tanto, en las entrañas del Imperio se gesta un malvado plan que al parecer involucra al príncipe y a algunos miembros de la dinastía erondariana.